Preguntas

Hay pocas preguntas relacionadas al COVID-19 que se puedan responder con certeza. Aquí listamos las más comunes, y proponemos unas primeras ideas sobre cómo pensar acerca de las respuestas. 

¿Cuándo se termina la epidemia?

Por Antonio Montalbán y Natalia Bottaioli

7 de mayo

Algo que sabemos con certeza es que esto recién está empezando. Para volver a la normalidad, lo que se dice normalidad, es posible que falte más de un año.


Si en algún momento se produce una vacuna y se reparte masivamente, se acaba la epidemia. Los expertos dicen que, de lograrse, llevaría entre 12 y 18 meses, tomando todos los atajos posibles. Es posible que se demore menos, o también que se demore más.

Otra posibilidad es que se encuentre algún tratamiento o algún medicamento. Se están probando muchas cosas, pero hasta ahora sólo se han encontrado algunos medicamentos que, a veces, ayudan un poco.

Falta mucho para la vacuna, y es posible que no se encuentre un tratamiento en el corto plazo. ¿Hay alguna otra forma de volver a algo parecido a la normalidad?

De las ideas que se han propuesto para combatir la epidemia, la estrategia del baile del martillo es la que nos permitiría vivir lo más normal posible manteniendo niveles de contagio muy bajos. El problema es que la infraestructura necesaria para llevarla a cabo puede que sea demasiado grande. A medida que vayamos disminuyendo el distanciamiento social en las próximas semanas de mayo, iremos viendo si esta estrategia es factible en Uruguay. Si funcionase, continuaríamos con el baile del martillo hasta que aparezca alguna vacuna o medicamento.

Si esto no funciona, la segunda mejor alternativa parecería ser seguir la estrategia del limbo, en la que habría que mantener un distanciamiento social mayor para mantener el nivel de contagio dentro de la capacidad del sistema de salud. Aunque el nivel de contagio sea mayor al de la estrategia anterior, sigue siendo insuficiente para llegar a generar inmunidad de grupo y frenar la epidemia por esa vía, antes de que se desarrolle una vacuna.

Hay quienes dicen que la forma más rápida de terminar con la epidemia sería dejar que el virus haga y deshaga a voluntad. Es cierto que de esta forma se generaría inmunidad de grupo al cabo de tres o cuatro meses, pero sería absolutamente catastrófico y la recuperación de tamaño shock social sería, de todas formas, lenta y dolorosa. El mundo entero está haciendo todo lo posible para evitar esta situación. Inglaterra tenía planeado ir por ese camino en marzo, pero cuando el número de muertes empezó a subir, abandonaron su plan e impusieron cuarentena.

¿Cuánta gente se va a infectar?

7 de mayo

Esto depende de cómo lleguemos al final de la epidemia. Refiriéndose al caso en que la epidemia se termine antes de que se desarrolle una vacuna, Angela Merkel estimó que un 70% de la población alemana se va a contagiar en algún momento [El País 11/3/20]. ¿De dónde viene este número?


La epidemia se va a acabar cuando generemos inmunidad de grupo: cuando un cierto porcentaje de la población se inmuniza, el virus no puede propagarse rápidamente y la epidemia se extingue. Hay dos formas de obtener anticuerpos y volverse inmune al virus:

  • vacunarse;

  • contagiarse*.

Si el número de contagiados se mantiene extremadamente bajo (como en abril en Uruguay) hasta el momento en que tengamos acceso a una vacuna, el número final de infectados va a ser muy bajo (ver el baile del martillo). Pero no está claro que sea posible mantener el nivel de contagio tan bajo por tanto tiempo. El otro final posible de la epidemia es que un porcentaje grande de la población se infecte y genere anticuerpos (ver estrategias del tipo C). A esto se refería Ángela Merkel. Para saber cómo calculó ese 70% y qué tan exacta es su estimación, necesitamos responder la siguiente pregunta: ¿Cuánta gente tiene que obtener inmunidad para que se genere inmunidad de grupo? (Un adelanto: la estimación del 70% tiene un rango de error bastante grande, y bien podría ser un 50% o un 80%.)


* Todavía no está confirmado que al recuperarse de COVID-19 uno produzca inmunidad para siempre. Para algunos virus, como el de la viruela, la inmunidad dura para siempre, mientras que para otros dura meses o años. Se sabe que la inmunidad para otros coronavirus que atacan a humanos dura entre 8 meses y 2 años.

¿Cuánta gente podría llegar a morir?

7 de mayo

La respuesta depende mucho de cómo funcionen las estrategias que se elijan, e incluso dentro de cada escenario es muy difícil de estimar el número con precisión.

Empecemos considerando solamente las muertes por COVID-19 en la situación en que los hospitales no colapsan. Para calcular este número hay que saber dos cosas:

  1. ¿Cuánta gente se va a infectar?

  2. ¿Qué porcentaje de los infectados fallece?

Multiplicando estos números entre sí obtenemos la cantidad total de muertes. Ambos números son muy difíciles de estimar con precisión. Para entender la mortalidad de esta crisis hay que entender ambos números: cantidad de infectados y tasa de letalidad.

Este cálculo funciona sólo si asumimos que el virus se esparce uniformemente en todas las franjas etarias, lo cual posiblemente no sea cierto.

En la situación en que los hospitales colapsen, habría no sólo un porcentaje mayor de enfermos de COVID-19 que morirían, sino también mucha gente con otros problemas de salud que no podrían recibir la atención adecuada. Esto sería absolutamente catastrófico y el número de muertes sería mucho mayor aún.

Aunque no colapsen los hospitales, el desempleo y el aislamiento también producen problemas sanitarios y psicológicos con repercusiones a corto, mediano y largo plazo. No incluimos este tema en esta página solamente porque no sabemos cómo cuantificar estos valores, pero no deja de ser un tema importante.

Los números que se manejan

Si de alguna forma se contiene el contagio (a través de alguna estrategia del tipo V), se infectaría y se moriría relativamente poca gente (no tenemos forma de estimar cuánta). Consideremos el caso en que se genera inmunidad de grupo a través del contagio (estrategia del tipo C), y supongamos que, como dijo Ángela Merkel [El País 11/3/20], un 70% de la población se va a infectar. Supongamos también que, como sugieren Verity et.al. [Verity 3/20] en el caso en que los hospitales no colapsan, 7 de cada mil infectados mueren. En ese caso obtendremos que moriría un 0,5% de la población (0,7% de 70% es 0,49%), o sea, 5 de cada mil. En Uruguay esto sería 17.500 personas (0,5% de 3,5 millones).

Recordemos que el escenario hipotético que asume Merkel, si bien es posible, no es el único posible y en Uruguay tal vez se pueda evitar, por ejemplo, si funcionara la estrategia del baile del martillo. El estimado de [Verity 3/20] de que 7 de cada mil personas infectadas mueren tampoco es exacto -- tal vez sea la mitad o tal vez el doble. Científicos en todo el mundo están tratando de calcular ese valor lo mejor posible. Aquí analizamos mejor lo que sabemos sobre la cantidad de infectados y aquí hay más información sobre la tasa de letalidad.

¿Y eso es mucho?

A primera vista, 0,5% de la población puede parecer poco, pero 17.500 uruguayos puede parecer mucho. Necesitamos poner estos números en perspectiva.

Comparemos la cantidad total de muertes por COVID-19 a lo largo de toda la epidemia (que no sabemos qué duración tendrá), con el número de muertes a lo largo de un año típico. En Uruguay muere cada año un 0,95% de la población (unas 32.000 personas). Así que 0,5% de la población anda por la mitad de la cantidad de muertes totales que hay en todo un año por todas las causas sumadas.

Si los números del ejemplo anterior fuesen muy altos y, digamos, se infecte un 50% en vez de 70%, y la tasa de fallecimiento fuera 4 de cada mil en vez de 7, moriría en total un 0,2% de la población a causa del COVID-19 (un quinto de las muertes totales en un año normal). También podría ocurrir que esos números estimados sean demasiado “optimistas”: si se contagiara casi el 90% de la población y la tasa de letalidad fuera del 1,5%, como estiman muchos artículos científicos, moriría un 1,35% de la población. Con la información que tenemos, ambos extremos son posibles y no podemos descartar ninguno de los dos.

En la ciudad de Nueva York, el número de muertes por COVID-19 en el mes de abril representa más del doble de las muertes en un mes promedio por todas las causas sumadas. En abril murieron más de 10.000 personas por COVID-19, mientras que en un mes promedio mueren 4.500. Una gripecita no es.

(Fuente: New York Times. https://www.nytimes.com/interactive/2020/04/10/upshot/coronavirus-deaths-new-york-city.html)

La siguiente imagen muestra el número de muertes diarias en varias ciudades del mundo, comparando las de este año (en rojo) con las de años anteriores (en gris).

Autor: John Brun-Murdoch, Financial Times.

¿Y ese porcentaje qué significa para mí?

Tal vez sea menos abstracto pensar en qué significan estos números para uno mismo. Volvamos al estimado de que la mortalidad por COVID-19 sea del 0,5% de la población, que es la mitad de la gente que se muere en Uruguay en un año promedio. Eso significa que para una persona promedio, la probabilidad de morir en menos de un año es un 50% mayor a la de un año normal. Sorprendentemente esto no depende de la edad de la persona. Si bien es cierto que la tasa de letalidad por COVID-19 es mucho mayor en las personas mayores que en las jóvenes, también es cierto que la tasa de letalidad en general es mayor en las personas mayores que en las jóvenes. David Spigelhalter [Spigelhalter 3/20] estudió esto mismo y observó que ambas tasas de mortalidad crecen de la misma forma. Es decir que, independientemente de si una persona está en sus 30's o en sus 70's, la probabilidad de morir en el próximo año aumenta un 50%.

Vale la pena aclarar que esto es usando el valor de 0,5% (“pesimista”) de párrafos anteriores que se obtuvo asumiendo, entre otras cosas, que el contagio no pudo ser contenido y que se llegó a inmunidad de grupo a través del contagio, y haciendo cálculos con varios parámetros que están lejos de ser exactos. Si ese valor fuese distinto, habría que volver a hacer estos cálculos.

¿Y si el contagio no es uniforme por edades?

Esto de multiplicar el número de infectados por la tasa de letalidad solamente funciona si la gente que se infecta está uniformemente distribuida por edades en la población. Seguramente esto no ocurra. Para calcular la mortalidad total, habría que tener en cuenta cuánta gente se enferma dentro de cada franja de edad. Si las personas mayores terminan cuidándose más y los jóvenes contagiándose en mayores proporciones, la tasa mortalidad por contagiado sería mucho menor. Aquí incluimos una tabla con la tasa de letalidad por edad.

¿Cuándo va a ser el peor momento?

7 de mayo

Se habla mucho de que el pico va a ser en tal mes o tal otro, o de que el peor mes va a ser tal o cual. Si tenemos suerte, nunca veremos ese pico.

En una epidemia común y corriente (en la que no se aplican medidas para mitigar el contagio), el número de infectados comienza creciendo exponencialmente, luego el crecimiento empieza a enlentecerse a medida que más y más gente gana inmunidad, hasta que se genera inmunidad de grupo --- este sería el pico --- y finalmente comienza a bajar. Conociendo algunos parámetros epidémicos de la enfermedad, como R0 y el tiempo promedio entre contagio y contagio, se puede estimar cuándo llegará el pico y qué tan alto será.

La epidemia actual de normal no tiene nada, y se están tomando medidas de aislamiento social para cambiar los valores epidémicos y moderar el crecimiento del virus. La idea de estas medidas es, precisamente, evitar un gran pico en el que colapse el sistema de salud. Es posible que estas medidas se levanten y se vuelvan a aplicar varias veces a lo largo de la epidemia (ver el baile del martillo), por lo que probablemente haya varios picos menores en vez de uno grande: cuándo y qué tan altos serán esos picos dependerá de las acciones del gobierno y de la población.